Como una niña con zapatos nuevos.

Así me siento últimamente, cada vez que dedico una pequeña parcela de mi tiempo a mi marca personal y a mi página web.

Porque aquí me siento como en casa, en paz y en calma.

Hemos trabajado durante semanas para hacer de ella un rincón acogedor y hogareño, tal y como la había construido hacía mucho tiempo en mi mente.

Como cuando llegas a casa, te descalzas y te pones cómoda, te envuelves en una manta cálida y preparas una taza de café calentito. 

Exactamente igual.

 

Si ahora mismo me preguntasen cómo he llegado hasta aquí, la verdad que no sabría por dónde empezar.

Como PAS de manual, nunca he tenido claro a qué me quería dedicar.

De niña me gustaban y me atraían tantas cosas a la vez que era imposible escoger solo un camino.

Pensaba que quizás tendrían que inventar una carrera profesional solo para mí, que englobara todo lo que me llamaba la atención.

Lo curioso es que con el paso del tiempo, esta lista de pasiones ha ido aumentando, conforme avanzaba y me daba cuenta de que lo que me apasionaba es la vida en sí.

Al fin y al cabo, la sociedad lo que nos reclama son títulos y másteres (cuantos más mejor) para introducirnos en el ecosistema laboral.

Lo que nadie nos enseña cuando somos niños es que hay un porcentaje de personas (entre las que me incluyo) que percibimos y concebimos el mundo de forma distinta. Y que para bien o para mal, dicho ecosistema laboral no nos representa en muchos aspectos.

Me refiero a las Personas Altamente Sensibles (PAS).

 

Para inaugurar nuestro hogar digital, hoy te contaré un poquito quién soy yo, quién es Creativa y Emocional y cómo hemos llegado hasta aquí.

Si te apetece, te invito a acompañarme en esta lectura. Ponte cómodo/a, estás en tu casa.

 

La historia de Creativa y Emocional 

La historia de mi marca personal es relativamente reciente y no.

Me explico, es reciente tal cual existe ahora, aunque en cierto modo siempre ha existido dentro de mí.

Porque Creativa y Emocional soy yo misma.

Al igual que tu marca es una proyección de tu personalidad. ¿Lo habías pensado?

Desde el principio definí a mi negocio de una forma muy especial: “como a un niño pequeño en su más pura esencia: sencillo, natural, honesto y creado desde el amor. Y a la vez divertido, entusiasta, creativo y auténtico. Con un puntito rebelde y revolucionario.”

Tras escribirlo caí en la cuenta.

¡Me sentí como si hablara de mí misma!

Ahí creo que está la clave de que tu marca personal y tu negocio altamente sensible te representen. 

Si llega ese punto en el que te miras en tu negocio como si de un espejo se tratase y te ves 100 % reflejada.

 

Coloreaba la música

Cuando era niña quise dedicarme a mil cosas: veterinaria, psicóloga, dueña de una tienda de gominolas, escritora y algunas más que ya no recuerdo. Ah sí, también maestra.

Me encantaba dibujar tumbada en el suelo de la cocina con la radio de fondo mientras mi madre cocinaba y hacía malabares para no pisarme.

Recuerdo de forma nítida aquellos momentos. Podría incluso recitarte uno a uno qué éxitos de los 80 estaban sonando cada dos por tres en la radio.

Colorear al mismo ritmo de la música era el equivalente a lo que hoy se considera colorear mandalas. Era mi momento de conexión conmigo. 

Solo que entonces, con unos 5 años, aún no lo sabía.

 

Mamá, de mayor quiero ver mundos

En una de esas ocasiones, recuerdo un día en especial.

Yo estaba de pie, en mitad de la cocina y mi madre, con su delantal amarillo de lunares negros puesto, se agachó para preguntarme: “Bueno, ¿y tú que vas a ser de mayor?”

Sin apenas pensarlo y en mi lenguaje particular, (ya que empecé a hablar de forma clara con unos 6 años, aunque esa es otra historia), le dije entusiasmada: “Yo de mayor quiero ver mundos”.

Esa frase marcó parte de mi vida.

Cuando me tocó elegir carrera y guiar mi futuro hacia algo en concreto (algo que a mi parecer, a las PAS tampoco nos representa en absoluto), lo lógico fue hacer caso a aquella niña apasionada que le contaba a su madre lo que le gustaría “ser de mayor”.

Así que tras entrar a Filología inglesa y al poco tiempo arrepentirme, me decidí por la carrera de Turismo.

 

El desencanto

Aunque disfruté estudiando esta carrera (bueno, quizás disfruté unas asignaturas más que otras), también hubo momentos de querer dejarla y otros instantes reveladores como el darme cuenta de que podían llegar a gustarme los números y además comprender disciplinas como Economía o Estadística.

Ah claro, no te he dicho que a mi desde siempre me apasionaron las letras. Los números me bastaba con aprender lo justo y necesario para aprobar.

El problema llegó cuando terminé la carrera.

Porque el mundo laboral me decepcionó profundamente. Competitividad extrema, empresas cuya filosofía iba totalmente en contra de mis principios, sueldos mediocres y una larga lista de decepciones que fui acumulando, hasta el punto de negarme a trabajar en el ámbito del Turismo.

Sí, preferí trabajar en otra cosa mientras seguía explorando.

Exacto, a pesar de tener una carrera.

Fue por esa época de desencanto cuando descubrí que quizás aquella niña que le contaba a su madre que quería ver mundos, no se refería exactamente a eso.

Se refería a mundos metafóricos. A mundos y universos enteros donde ella no sintiera hostilidad a su alrededor y donde encontrase una comprensión verdadera. 

Aquella niña altamente sensible lo que realmente buscaba era una sociedad más justa, comprensiva y amable. 

Solo eso. Realmente le daba igual a qué se dedicase de mayor. 

Siendo multiapasionada eso era lo de menos.


Desde que renegué del Turismo, la niña que habita en mi interior ha tratado de probar e indagar a qué podría dedicarse, lo único importante era ser honesta consigo misma y hacer homenaje a nuestra esencia.

Aportar nuestro granito de arena. Contribuir a que el mundo sea un poquito más honesto y auténtico.

Lo que me trae hasta el presente. 

Como PAS, en el mundo digital siento que he encontrado un oasis de paz en mitad del mundanal ruido, donde tengo la fortuna de conocer a lindas PAS con mis mismas inquietudes y deseos. 

Y con la misma visión del mundo.

En las que me veo y siento, con las que resueno y donde esta niña que habita en mí, por fin siente estar en su lugar.

 

Si me has leído hasta aquí y eres PAS, quizás te hayas identificado con esta misma situación, o la hayas vivido de una manera u otra.

Si es así me encantaría saber un retazo de tu historia en los comentarios.

2 comentarios

  1. Felicidades Gema ? todo esfuerzo tiene su recompensa, se nota que detrás de este trabajo tienes puesto todo el corazón, se ve reflejado totalmente en la web y en como escribes ❤️.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *